Hace un par de semanas estuve cenando con Irene y Celia en Cornelia & Co. La comida estaba buena, el servicio era el más lento que me he encontrado en mi vida (habían cenado ellas dos y les habían recogido los platos mientras yo esperaba el mío, sin contar que los de la mesa de al lado salieron a fumar y les quitaron los platos y dieron la mesa a otros). Digamos que no nos dejó muy buen sabor de boca, menos aún después de pagar la cuenta y con el olor fétido a alcantarilla (por no decir otra cosa) que inundaba el local.
No había hablado del Cornelia & Co antes porque quería darle una segunda oportunidad, igual era nuestro camarero el lento, igual ese día tenían problemas de tuberías...
Bueno, ya he ido por segunda vez a cenar con Eva. Llegamos relativamente pronto, pasadas las ocho, esta vez no había olores extraños. Después de 20 minutos esperando en la mesa a que viniera alguien a tomar nota vino un camarero y nos dijo que no le quedaba ninguna de las cosas que pedíamos. Nos ofrecía alternativas que eran todas bocadillos o sandwiches de carne, le dijimos que eramos vegetarianas y nos ofreció una tabla de quesos, solamente de pensar en lo que nos clavarían después en la cuenta y el hecho de que no queríamos cenar queso hizo que le pidiéramos dos cafés y tarta que al menos tenía buena pinta.
En fin, que tras una larga y desoladora espera (solamente tenía que cortar la tarta) nos trajo nuestra cena. Eva tenía ganas de probar la tarta de queso y una vez en la mesa vimos que era de esas hechas en molde que hacemos en casa con queso de untar, nada de galleta ni ornamentos, mi tarta de merengue estaba buena y los cafés también, la verdad.
Decidimos ir a pagar a caja porque pedir la cuenta en la mesa sería esperar otros 20 minutos, aunque el local no estaba nada lleno y la mayoría de camareros estaban charlando en un lado u otro de la barra. Pagamos y vimos que habían puesto en la barra ensaladas y verduras ¿no nos podría haber ofrecido nada de eso? En la carta solamente venían sandwiches, bocadillos y tartas, al contrario del día que cené con Irene y Celia. Pensé que probablemente a esas cartas les faltaba una página... Otro gallifante para ellos.
En fin que nos cobraron y a la salida Eva quiso comprar unas galletas de la zona de panadería. Detrás nuestro había cinco personas más esperando que querían pan. ¿Vino alguien? Pues no. Más de 10 minutos después de ver a 7 personas esperando allí (nos habían visto todos y en este local lo del contacto visual con los camareros no funciona), apareció una chica con pinta de encargada que nos dijo que esa caja no iba y que nos cobraba en la barra... El día de la marmota.
Volvimos a la barra y tardaron 10 minutos más entre dos personas en saber marcar los precios de las cosas de la panadería en esa caja. En esos momentos me iluminé y pensé que el local estaba medio vacío porque nadie volvía una segunda vez. La primera vez que cené allí había gente esperando mesa en la puerta y ahora podías pasar y sentarte donde quisieras.
El problema principal es el servicio. Los camareros son muy jóvenes con pinta de ser el primer trabajo que tienen en un bar-restaurante. Son de muchos países diferentes, por lo que no descarto que los hayan cogido para poder tratar en su idioma a los turistas y sean todos estudiantes de intercambio.
Pero aunque parezca una crítica negativa, tiene un punto positivo. Las cosas de la tienda están muy buenas, y si quedas con alguien que siempre llega tarde o eres tú quien ha llegado muy pronto a una cita, es el lugar ideal para tomarte un café durante una hora o dos sin que tengan prisa por echarte...
La foto la hice con el móvil para twitter, no creo que vuelva con una cámara por el momento. Es un concepto genial, un local con muchas posibilidades, pero la mala organización interna va a hacer que mucha gente no lo pise más de dos veces.
No había hablado del Cornelia & Co antes porque quería darle una segunda oportunidad, igual era nuestro camarero el lento, igual ese día tenían problemas de tuberías...
Bueno, ya he ido por segunda vez a cenar con Eva. Llegamos relativamente pronto, pasadas las ocho, esta vez no había olores extraños. Después de 20 minutos esperando en la mesa a que viniera alguien a tomar nota vino un camarero y nos dijo que no le quedaba ninguna de las cosas que pedíamos. Nos ofrecía alternativas que eran todas bocadillos o sandwiches de carne, le dijimos que eramos vegetarianas y nos ofreció una tabla de quesos, solamente de pensar en lo que nos clavarían después en la cuenta y el hecho de que no queríamos cenar queso hizo que le pidiéramos dos cafés y tarta que al menos tenía buena pinta.
En fin, que tras una larga y desoladora espera (solamente tenía que cortar la tarta) nos trajo nuestra cena. Eva tenía ganas de probar la tarta de queso y una vez en la mesa vimos que era de esas hechas en molde que hacemos en casa con queso de untar, nada de galleta ni ornamentos, mi tarta de merengue estaba buena y los cafés también, la verdad.
Decidimos ir a pagar a caja porque pedir la cuenta en la mesa sería esperar otros 20 minutos, aunque el local no estaba nada lleno y la mayoría de camareros estaban charlando en un lado u otro de la barra. Pagamos y vimos que habían puesto en la barra ensaladas y verduras ¿no nos podría haber ofrecido nada de eso? En la carta solamente venían sandwiches, bocadillos y tartas, al contrario del día que cené con Irene y Celia. Pensé que probablemente a esas cartas les faltaba una página... Otro gallifante para ellos.
En fin que nos cobraron y a la salida Eva quiso comprar unas galletas de la zona de panadería. Detrás nuestro había cinco personas más esperando que querían pan. ¿Vino alguien? Pues no. Más de 10 minutos después de ver a 7 personas esperando allí (nos habían visto todos y en este local lo del contacto visual con los camareros no funciona), apareció una chica con pinta de encargada que nos dijo que esa caja no iba y que nos cobraba en la barra... El día de la marmota.
Volvimos a la barra y tardaron 10 minutos más entre dos personas en saber marcar los precios de las cosas de la panadería en esa caja. En esos momentos me iluminé y pensé que el local estaba medio vacío porque nadie volvía una segunda vez. La primera vez que cené allí había gente esperando mesa en la puerta y ahora podías pasar y sentarte donde quisieras.
El problema principal es el servicio. Los camareros son muy jóvenes con pinta de ser el primer trabajo que tienen en un bar-restaurante. Son de muchos países diferentes, por lo que no descarto que los hayan cogido para poder tratar en su idioma a los turistas y sean todos estudiantes de intercambio.
Pero aunque parezca una crítica negativa, tiene un punto positivo. Las cosas de la tienda están muy buenas, y si quedas con alguien que siempre llega tarde o eres tú quien ha llegado muy pronto a una cita, es el lugar ideal para tomarte un café durante una hora o dos sin que tengan prisa por echarte...
La foto la hice con el móvil para twitter, no creo que vuelva con una cámara por el momento. Es un concepto genial, un local con muchas posibilidades, pero la mala organización interna va a hacer que mucha gente no lo pise más de dos veces.
Hace un par de días pasé por delante y me llamaron la atención los escaparates. Anoté mentalmente el sitio para ir otro día, pero con lo que has contado se me han pasado las ganas...Eso sí, trabajo muy cerca y a veces tengo muchas horas libres en las que no sé dónde meterme, así que si los camareros tienen esa "pachorra" y una se puede quedar un par de horitas sin sentir que la están echando, igual me paso...
ResponderEliminarJajaa sí, para matar horas es el sitio ideal y los dulces y el café están muy buenos. A mí lo que más me gusta es la parte tienda-panadería así lo compro y ya me lo tomo en casa.
ResponderEliminarY el local de al lado (puerta con puerta) es el Dolso del que hablé en otra entrada y también merece la pena tomar algo de allí con un café. Aunque los apetecibles cupcakes verdes del escaparate son solamente de decoración, pero dentro tienen otros sabores :)
Lo apunto también ;D Me estoy acordando de que otro sitio delicioso, el Cup&Cakes, no queda muy lejos, pero creo que cierran de 2 a 5...tengo que informarme. Ay, qué arduo va a ser tener que recorrerme estos sitios! XD
ResponderEliminarOh sí! Para mí el Cup&Cakes tiene los mejores cupcakes de Barcelona, especialmente el red velvet!
ResponderEliminarIgual en la web encuentras el horario: http://www.cupcakesbarcelona.com/ o en su FB.
Coincido en lo de la falta de organización. Es muy frustrante. También percibí una sensación de suciedad grande. Me llevé una auténtica decepción. No les auguro éxito. Pienso que acabarán cerrando a no ser que den un giro radical.
ResponderEliminarYo aún tengo la esperanza de que la falta de clientes que repiten visita les haga replantearse varias de esas cosas...
ResponderEliminarHoy repetí por la tarde y me atendió un camarero desganado ante la impasiva mirada de un señor de traje que debía ser el dueño, imagino. Y había bastante gente. Quizás otros tengan una mejor impresión pero yo no vuelvo.
ResponderEliminarEstá bien saberlo. Yo paso por delante varias veces a la semana y me resisto a entrar hasta que pase una temporada y hayan cambiado las cosas... Como bien dices, dos veces es suficiente, que son las mismas que yo he ido.
ResponderEliminarGracias por venir a comentar otra vez con la nueva experiencia!