He descubierto casi por casualidad un pequeño café en el número 152 de la calle Muntaner. Roser y yo estábamos caminando después de comer en busca de un local para tomar un cortado y nos encontramos delante del Café La Boheme. Lámparas de lágrimas en el techo, silloncitos y mesas... No necesitábamos más para decidirnos.
Tomo nota, ¡me gusta!
ResponderEliminarSí, es de esos sitios que tienen encanto sin esforzarse.
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