El lunes fuimos de compras a Ikea. Cada vez que voy a Ikea a comprar muebles por módulos digo "nunca más" cuando me veo en los pasillos de recogida de paquetes contando una y otra vez para que no falte nada. En fin, que esta vez he vuelto a decirlo y eso que yo solamente compré un par de vasos y unas cajas para guardar zapatos (que por cierto ahora no caben en la estantería del armario, pero eso es fallo de una servidora). La chica de la caja había contado una estantería de más de nuestro carro y se había olvidado otra tabla. Al llegar a la zona de envíos, después de 40 minutos de cola, nos dicen que tenemos que salir de la cola ir a devoluciones a que nos devuelvan el dinero de una e ir a caja a que nos cobren la otra, después volver a hacer esa cola para el envío. En fin, que era demasiado y al final optamos por dejar la que no estaba pagada y que nos hicieran el envío de todo lo demás. Después nos acercamos a la zona de devoluciones, con el envío ya hecho, para que nos dieran los 10 euros cobrados de más por la otra tabla. La chica de devoluciones no sabe cómo hacerlo y llama a la de caja para que haga la operación. Vamos, que perdimos más tiempo en toda esa odisea que en el rato de compras en la tienda. Moraleja: Ikea está bien si te llevas tú las cosas a casa, pero las facilidades para envíos y demás son mínimas.